Existen numerosos sensores, correas, mangueras de vacío y engranajes que hacen funcionar su motor. Si alguna de estas piezas no funciona correctamente, puede contar con que su motor tenga un mal desempeño. Una correa dentada, por ejemplo, puede deslizarse solo la mitad de un diente y ocasionar fuertes golpes y una enorme pérdida de potencia. Si el sensor del cigüeñal está dañado, el vehículo ni siquiera arrancará. Sin embargo, este error puede ser complicado porque generalmente no arroja ningún código perceptible para recogerlo con una herramienta de análisis de diagnóstico. Además, puede tener problemas con la presión del aceite, coquización por el aceite quemado, lodo y muchos otros problemas que pueden derretir su motor durante la noche.